Hay un monstruo del control dentro de todos nosotros. ¿Pero ese lado controlador de ti está tomando el control de tu vida? Usa estos 20 signos de un maniático del control para saber más.
Sólo hay una línea perfecta que define completamente a un fanático del control.
«¡Si quieres hacerlo bien, hazlo tú mismo!»
¿Vives según esa línea?
¿Está convencido de que la única manera de lograr la felicidad o hacer un buen trabajo es haciéndolo usted mismo?
Esto podría decir dos cosas sobre ti.
Uno, estás rodeado de idiotas incompetentes.
O dos, eres un fanático del control.
Ahora el monstruo del control existe dentro de todos nosotros, y aparece de vez en cuando. ¡Pero eso no significa que llamarse fanático del control sea algo por lo que sentirse halagado!
El lado controlador en ti podría afectar todos los aspectos de tu vida, ya sea tu vida amorosa, tu espacio de trabajo, amigos y casi cualquier otra relación.
Y casi siempre, te dolerá más que cualquier bien que te haga.
¿Quién es un fanático del control?
Un fanático del control es una persona que quiere estar en una posición de control todo el tiempo. Quiere ser consciente de todo lo que pasa a su alrededor, y quiere tener control sobre ello de una manera u otra.
El fanático del control no es fácil de reconocer, porque está muy bien camuflado por otro rasgo de la personalidad, el perfeccionismo.
Muchas personas que asumen que son perfeccionistas pueden ser en realidad fanáticos del control, especialmente cuando tienen un impulso insuprimible de controlar a los demás. Los fanáticos del control pueden creer que son perfeccionistas y que son realmente buenos en lo que hacen, e incluso pueden convencerse a sí mismos de que son controladores sólo porque son los únicos capaces de soportar la carga.
El lado estresado de un fanático del control
El fanático del control en nosotros puede tomar el control de nuestras vidas por diferentes razones. A veces, una mala infancia en la que te sientes impotente todo el tiempo puede obligarte a convertirte en un maniático del control para controlar tu entorno, y otras veces, tu exceso de confianza y actitud de saberlo todo también puede llevar a las mismas consecuencias.
Lo peor de ser un fanático del control es la molesta tendencia a pasar por alto ese comportamiento dentro de nosotros. Los fanáticos del control nunca saben que son fanáticos del control. En cambio, asumen que son generosamente serviciales y se preocupan por los demás, y tratan constantemente de ayudar a los demás a alcanzar su máximo potencial corrigiéndolos y vigilándolos todo el tiempo.
Cuanto más útil se crea que es el fanático del control, más molesto puede ser. O en otras ocasiones, la gente que te rodea también podría aprovecharse de tu comportamiento autoritario para eludir sus propias responsabilidades y echártelo encima.
El ansia de tener las cosas a tu manera
El mecanismo de control interno es la forma en que nuestra mente nos mantiene a salvo. Si eres completamente consciente de todo lo que te rodea, entonces nada puede sorprenderte, asustarte o fastidiarte.
El novio controlador que cree que necesita tomar el control de la vida de su novia, la madre que cree que necesita microgestionar a sus hijos cada segundo de cada día porque pueden meterse en problemas, o la esposa que cree que el marido no puede hacer nada bien son todos ejemplos perfectos de los fanáticos del control en la vida real.
A un fanático del control siempre le molesta cómo los demás hacen algo, especialmente si no lo hacen de la misma manera que el fanático del control. Y constantemente tratan de cambiar a los que están a su alrededor para que otras personas puedan seguir sus métodos y formas de vida.
Ser un fanático del control es una forma fácil de evitar que evolucionen o cambien, y de intentar cambiar todo el mundo que te rodea sólo porque es fácil manipular a los demás o hacer que cambien para que se ajusten a tus deseos y expectativas.
¡20 signos de que tienes un monstruo del control en ti!
Es una mierda ser un fanático del control, porque siempre te deja frustrado y molesto, y también molesta y sofoca a todos los que te rodean. Pero es fácil cambiar una vez que ves las señales y te corriges.
Aquí hay 20 signos evidentes de un monstruo del control que podrían ayudarte a reconocer el monstruo del control que hay en ti. Ser un fanático del control no es tan malo, pero cuando afecta tu vida y a las personas que amas, sabes que has cruzado la línea hacia el lado oscuro, ¿no? Usa estas 20 señales para saber si ya has cruzado la línea.
#1 Crees sinceramente que los demás a tu alrededor son incapaces de hacer algo por sí mismos, y necesitan tu constante intervención y orientación sólo para hacer algo bien.
#2 Crees que sabes lo que es mejor para tu amante, tu familia o incluso tu lugar de trabajo.
#3 Estás convencido de que todo puede ser completado a la perfección sólo con tu participación.
#4 Tienes que verlo para creerlo. No confías en el juicio de los demás, incluso si es alguien en quien confías.
#5 Eres un mal oyente al que no le gusta escuchar el otro lado de la historia, y nunca intentas entender el punto de vista de otra persona porque crees que tienes razón de todos modos.
#6 Siempre asumes que una tarea o un quehacer te llevará al fracaso sin tu participación o consejo.
#7 Eres un adicto al trabajo, y te encanta. Te ayuda a darte cuenta de lo confiable que eres, y cuánto te necesitan los demás.
#8 Te frustras cuando alguien no te entiende, o no entiende que sólo estás intentando ayudarles *aunque no te pidan ayuda*.
#9 No puedes aceptar las críticas, y sólo finges que puedes.
#10 Quieres ser un perfeccionista en todo lo que haces, y secretamente te sientes amenazado por alguien que puede ser mejor que tú en tu experiencia.
#11 No hay nada que te guste, y siempre encuentras una razón para quejarte. Si el trabajo lo hace otra persona, crees que es una chapuza. Si aún no está terminado, te enfadas porque no se ha hecho.
#12 Te pones estándares irrazonablemente altos para ti mismo, lo que puede dejarte decepcionado y frustrado.
#13 Esperas altos estándares de todos los que te rodean, incluso si no son capaces de alcanzar los altos estándares que tú fijas.
#14 No te gusta cuando alguien guarda secretos, especialmente a tus seres queridos. Te esfuerzas mucho por escuchar la verdad, aunque signifique hacer algo poco ético y equivocado.
#15 Te gusta tomar decisiones por los demás, porque crees que no pueden tomar la decisión correcta sin tu ayuda.
#16 Te sientes herido y enfadado si alguien se niega a aceptar tu ayuda.
#17 No puedes esperar a elegir los defectos si alguien no te involucra en la toma de decisiones. Te ayuda a darte cuenta de tu propio valor, y hace que los demás se den cuenta de lo importante que eres realmente en sus vidas o planes.
#18 Los fanáticos del control odian delegar, y prefieren quedarse despiertos toda la noche trabajando en lugar de compartir la carga con alguien.
#19 Te enfadas fácilmente si tu pareja o un amigo cercano toma una decisión sin escuchar primero tu sugerencia.
#20 No confías en la gente y siempre dudas de su capacidad y sinceridad.
Deshazte del monstruo del control que llevas dentro
Ahora que ves los verdaderos signos de un fanático del control, ¿lo tienes dentro de ti? A todos nos gusta tener el control de nuestras vidas, y eso es aceptable. Pero si alguna vez te encuentras tratando de controlar tu entorno o la vida de otra persona sólo para sentirte mejor con tu propia vida, bueno, eso está mal.
Cuando te encuentras sobrepasando la delgada línea que separa la sugestión del control, necesitas aprender a dar un paso atrás. Después de todo, cuando empiezas a empujar a alguien contra una pared, es sólo cuestión de tiempo que empiecen a empujarte hacia atrás. O peor aún, puede que te hagan daño y se alejen o empiecen a usarte manipulando el control que llevas dentro.
Recuerda, nadie, ni tu amante, ni tus amigos, ni tus colegas, pueden estar a la altura de las circunstancias si no quieres darles una oportunidad * o si secretamente esperas que fracasen!*
Usa estos 20 signos de un fanático del control y arregla tu actitud controladora. No puedes controlar a otra persona por mucho que lo intentes. Y una vez que crean que ya no te necesitan, todos los que intentas controlar sólo se alejarán de ti, ¡o te pasarán por encima!
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